un día las cosas pueden estar muy bien
pero quien sabe lo que pasara al día siguiente,
cuando despiertas y te das cuenta de lo que pensabas
ayer ya no era igual a lo que piensas hoy.
Había una vez, en un país lejano, como en todos los cuentos, era una niña a la que sus padres la bautizaron con el nombre de Josefina, ella vivía el día a día como podía. Ya que no se le presentaban muchas posibilidades. Como en todas las familias hay un preferido por los padres, pero aquel lugar no le pertenecía a ella sino a su hermano. Quien sabe por qué, ella le daba menos importancia y por siento menos atención, pero lo que no se daban cuenta que era ella necesitaba mas atención que su hermano, y esta se aprovechaba de su beneficio sin limites. Sin darle mucha importancia a esta clara diferencia, ella seguía su camino, escalando obstáculos y esquivan balas como quien dice. Los límites cada vez se superaban unos con otros en el interior de su hermano. Josefina le prestaba mucha importancia y analizaba cada detalle, desde una actitud hasta una simple palabra. De la forma en su hermano podía manipular a sus propios padres cada ves Josefina le aterraba mas y la hacia alejarse de la familia. Llego un día en que estos limites querían más y más sin importar las consecuencias, fue entonces cuando su hermano comenzó a atacar con ella. Cada cosa que la pobre Josefina hacia estaba mal. Nunca le dijo una palabra de aliento, o de orgullo hacia Josefina, siempre con desprecio, maltrato y desamparo de parte de su familia. Josefina en un instante se sentía que estaba sola en este mundo, nadie de su familia la trataba como tenia que ser, hasta que Josefina tomo una drástica decisión. Al otro día encontraron a Josefina colgando de un árbol que se encontraba en el patio trasero de la casa de su familia.